Jesús Calleja ya tiene un nuevo desafío entre manos. El aventurero intentará llevar a cabo el vuelo más largo jamás realizado sobre la jungla amazónica a bordo de un globo de aire caliente. Se trata, sin duda, de un complicado reto ya que el menor cambio en la dirección del viento podría desviar la aeronave sobre un océano de ramas, a cientos de kilómetros de un lugar habitado y en mitad de la jungla más salvaje del planeta.
Desde el día 6 hasta el próximo 23 de febrero, un equipo formado por Jesús Calleja y su cámara Emilio Valdés junto con los pilotos de la empresa de vuelos Kon·Tiki (Igualada-Barcelona), Miquel Mesegué, Carles Figueras y Ángel Aguirre, estarán en el Amazonas para llevar a cabo este gran reto.
El equipo tiene la intención de volar entre 150 y 200 kilómetros en globo de aire caliente, un desafío verdaderamente peligroso, sobre todo, haciéndolo sobre la selva amazónica. "Es una auténtica locura, porque sólo podremos aterrizar en los árboles o en los ríos y si hay suerte en alguna playa diminuta", reconoce Calleja. Antes del gran desafío, Aguirre y su equipo han entrenado a Jesús con vuelos cada vez más complejos sobre el inmenso rio Amazonas.
La expedición partirá de Manaos, la capital de la región de la Amazonia en Brasil, para remontar el rio Negro. El equipo de 'Desafío extremo' ha contratado también los servicios de un barco "que nos tendrá que rescatar allá donde nos estrellemos". Este barco remontará unos 500 km, navegando por el río Negro, que es el principal afluente del río Amazonas. Después, el globo de Calleja despegará desde un lugar llamado Barcelo, e intentará batir este Guinness World Record.
Desde el día 6 hasta el próximo 23 de febrero, un equipo formado por Jesús Calleja y su cámara Emilio Valdés junto con los pilotos de la empresa de vuelos Kon·Tiki (Igualada-Barcelona), Miquel Mesegué, Carles Figueras y Ángel Aguirre, estarán en el Amazonas para llevar a cabo este gran reto.
El equipo tiene la intención de volar entre 150 y 200 kilómetros en globo de aire caliente, un desafío verdaderamente peligroso, sobre todo, haciéndolo sobre la selva amazónica. "Es una auténtica locura, porque sólo podremos aterrizar en los árboles o en los ríos y si hay suerte en alguna playa diminuta", reconoce Calleja. Antes del gran desafío, Aguirre y su equipo han entrenado a Jesús con vuelos cada vez más complejos sobre el inmenso rio Amazonas.
La expedición partirá de Manaos, la capital de la región de la Amazonia en Brasil, para remontar el rio Negro. El equipo de 'Desafío extremo' ha contratado también los servicios de un barco "que nos tendrá que rescatar allá donde nos estrellemos". Este barco remontará unos 500 km, navegando por el río Negro, que es el principal afluente del río Amazonas. Después, el globo de Calleja despegará desde un lugar llamado Barcelo, e intentará batir este Guinness World Record.
Un desafío impredecible sobre el Amazonas
El aventurero reconoce que se trata de un desafío impredecible. "Nadie vuela en la selva por la extrema dificultad del perfomance del vuelo y, sobre todo, porque un globo no se maneja, no tiene dirección, vas a dónde te lleve el viento, por lo que no tenemos ni idea a donde iremos a parar, y menos aún dónde y cómo aterrizaremos".
Calleja afirma que una vez en el aire todo será una "incógnita". Si el globo cayera en plena selva, el equipo deberá sobrevivir a cualquier imprevisto. "Seremos autónomos y tendremos que sobrevivir en este lugar infestado de cocodrilos, boas constrictor, anacondas, jaguares, rayas arponeras, peces eléctricos, peces parásito que se meten por el culo, culebras venenosas,... estamos en la selva más radical del planeta, muy en el interior, donde se calcula que unas 70 tribus aun no están contactadas, donde la malaria está presente en cada rincón, con infectos millones de mosquitos".
El propio Jesús Calleja ha catalogado la aventura "de locura". De hecho, solo dos expediciones han volado en globo en el Amazonas, lo que sin duda refleja la dificultad del reto.
Ahora bien, "si conseguimos este record y salimos airosos, será sin duda el primer gran récord mundial que batiremos en la serie 'Desafío extremo'. Es una aventura radical, excitante, misteriosa, loca, con un desenlace que nadie puede predecir...".
Dos globos para llevar a cabo el reto
El desafío se llevará a cabo en dos globos: uno será pilotado por Jesús junto a Ángel y Emilio (cámara); mientras que en el otro estarán Miquel, Carlos y Renato, un piloto brasileño. Para comenzar el desafío, en solo una semana, Jesús Calleja tendrá que aprender a volar en globo de aire caliente para que le den la suelta, es decir, tendrá que volar solo desde un punto a otro y conseguir aterrizar con el menor daño posible. Hay que tener presente que tan solo hay dos lugares donde poder aterrizar: en plena selva o en los ríos.
Según cuenta Calleja, "donde nos caigamos o aterricemos, nos tendrán que rescatar Javier con su equipo y esto lo filmarán otros dos compañeros cámaras que estarán en el barco: Mario y Belén".
"Javier tendrá que buscarnos usando el barco como campo base, que avanzará por el río principal, y después en canoas muy estrechas tendrán probablemente que adentrarse por afluentes -donde ni ellos antes han navegado- hasta localizarnos allá donde nos encontremos. Dependemos de ellos para sobrevivir, si no nos localizan nuestras posibilidades serían muy limitadas. Estamos en la selva más peligrosa y radical del planeta, y el caprichoso aire nos dirigirá a cualquier lugar...".
Jesús Calleja: "Quedo atrapado bajo el agua. Me queda un minuto de vida"
Jesús Calleja y su equipo llevan durante los últimos días realizando vuelos de entrenamiento para que esta misma semana sea el propio aventurero el que pueda volar solo el globo, lo que se conoce como "la suelta". Sin embargo, en la jornada de ayer Calleja vivió uno de los episodios más dramáticos que recuerda. Tras lo sucedido estas fueron sus palabras: "Me quedo pálido, agotado, no doy crédito de lo justito que he estado. Mi reflexión inicial es que me quiero ir, no quiero más globo en la selva, casi me mata". Jesús Calleja a punto estuvo de morir ahogado.
Tras dos horas de vuelo, Calleja y su equipo se disponían este lunes a aterrizar o a realizar un "estrellamiento" -como dice el aventurero- en pleno río. "Nos sujetamos fuerte y llega el trompazo, pedazo de choque contra el agua, en 5 segundos la cesta esta llena de agua, nosotros logramos salir, mientras la cesta empieza a rotar...".
"Emilio, Ángel y yo salimos despedidos, el globo sigue acelerándose, no para ¡horror! nos arrastra sin parar y la cesta hace cosas raras, las cuerdas se enredan entre la cesta debajo del agua y lo peor de todo es que empiezan a echársenos encima. Veo por el rabillo del ojo al otro globo que viene hacia nosotros sin control, rebotando en el agua y más deprisa que el nuestro. Me quedo en blanco cuando en un visto y no visto, la cesta se nos viene definitivamente encima, finalmente nos arrolla [...] Algo se me enreda en un pie y sobre todo en el cuello, es la maldita cuerda por la que Emilio salio del globo en vuelo para hacer unas tomas espectaculares".
Según cuenta Calleja "en un segundo noto la cuerda al cuello, se tensa, hasta casi ahogarme, y como el globo no ha perdido velocidad y sigue avanzando, la cuerda se ha enganchado en los bajíos del río, se tensa y yo horrorizado me hundo sin poder hacer nada".
El aventurero narra que vivió uno de los peores de su vida. "Tengo una cuerda al cuello, otra en el pie enredada y me hundo unos 4 metros y quedo atrapado bajo el agua. Con gran desesperación pasa el tiempo y no consigo desenredarme, me queda un minuto de vida y me afano en sacar la cuerda del cuello, que consigo con gran dificultad".
"Con gran apuro llego a la superficie, y grito con desesperación para que me oigan y me ayuden, sigo con un pie enganchado a la cuerda haciendo mucha fuerza sin poder quitármela de encima, me exige mucho esfuerzo y me estoy agotando, veo que se acerca una de las "voladeras" (la canoa rápida) y me agarra una mano que tira de mi y no pueden ni ellos en un primer intento de sacarme, porque la cuerda en el tobillo hace mucha fuerza, además tengo decenas de algas gigantes enredadas. En un segundo intento consiguen alzarme en la canoa".
Grandes daños en los globos
Tras este capítulo los dos globos han quedado "hechos un desastre, uno más que el otro, las cestas hundidas, las botellas de gas colgando de las cestas, todo boca abajo, los globos entre el fondo del río, y los árboles vecinos, todo lleno de algas".
El equipo logró finalmente recuperar los dos globos tras 15 horas de trabajo. El pequeño presenta desperfectos pero su estado es más o menos aceptable, sin embargo, el grande tiene más de 50 agujeros, algunos de tres metros. "Un auténtico desastre, está casi inutilizado".
"Onda una ambiente pesimista, está todo en muy malas condiciones, no tenemos hasta este momento idea de si podremos recuperar el globo principal. Nos van ayudar las gentes locales a coser el globo, pero son 50 roturas que pueden abrirse cuando sometamos el globo a plena carga en el record. Las cosas se han complicado extraordinariamente, algo tendremos que hacer, pero no sabemos el qué".
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